Este blog es uno de esos que se escriben en hojas de libreta arrancadas, en los dorsos de las facturas, en las esquinas de las servilletas. Es un cajón lleno de letras desparejadas que uno no sabe dónde guardar. Una bolsa de pensamientos olvidada en el fondo del armario. Gracias por el espacio.
domingo, 22 de noviembre de 2009
Café de domingo
Me gustan las mañanas cuando huelen a café recién hecho con tostadas. Me gustan sobre todo las de los domingos, muy temprano, cuando todo duerme, las calles de la ciudad están vacías, hace un poco de frío, la brisa me arremolina la falda y se me encienden las mejillas. Paso por delante de los bares apenas abiertos, miro de reojo y les robo una pizca de ese olor a Buenos Días. Entonces, se me llenan los pulmones y pienso: todavía quedan mil horas para que sea lunes. Mencanta.
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