Este blog es uno de esos que se escriben en hojas de libreta arrancadas, en los dorsos de las facturas, en las esquinas de las servilletas. Es un cajón lleno de letras desparejadas que uno no sabe dónde guardar. Una bolsa de pensamientos olvidada en el fondo del armario. Gracias por el espacio.
viernes, 19 de febrero de 2010
cuenta atrás
Tic, tac, tic, tac, tic...abres la puerta, miras. No ves nada, nadie. Cierras. Sigues esperando. Sentado. La silla es dura, fría. Azul. Todo es azul pálido. El techo, las paredes, la escasa mesilla que hay a tu lado. Azul desteñido, gastado, usado, viejo. Miras de nuevo el reloj. Nada. Tic, tac, tic, tac, tic... La ventana que tienes enfrente da a un muro mohoso y alto. Al fondo, donde casi ya no alcanzas a mirar, otra ventana. Te acercas, miras. Jurarías haber visto una sombra. Viene y va, más grande y más pequeña. Se ondula desde la ventana hasta el muro. Cubre el moho y se pierde en una línea de cielo azul pálido. Miras. Abren la puerta. Alguien te busca. Mira la habitación, mira tu silla. Azul, dura, fría, solitaria. Vacía.
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