Este blog es uno de esos que se escriben en hojas de libreta arrancadas, en los dorsos de las facturas, en las esquinas de las servilletas. Es un cajón lleno de letras desparejadas que uno no sabe dónde guardar. Una bolsa de pensamientos olvidada en el fondo del armario. Gracias por el espacio.
viernes, 9 de noviembre de 2007
Aún no llueve
Y de pronto es viernes. Así por las buenas (o las malas, según se mire...). Viernes noche y hace frío, pero no llueve. Habrá que aprovechar la ausencia de las nubes y salir pues a darse una vuelta, aunque sea lo de siempre: los mismos bares, la misma gente, la misma historia...o tal vez no. Quizás hoy alguna casualidad convierta la costumbre en algo diferente. A lo peor se escaparán unas risas; a lo mejor algún guiño, un encuentro inesperado y, lo que es seguro, una resaca. Es viernes y tampoco es plan de romper la tradición, ¿no?
sábado, 3 de noviembre de 2007
El instante
Has vuelto. Cargado de sueño, con la cabeza llena de todas las letras que todavía te quedan por escribir y el arrullo de un carro de hierro acompasándote el vaivén de las piernas. Volviste, pero fue como un suspiro. Te quedaste tumbado, encogido sobre la línea de mi espalda y con los ojos aún pegados a los párpados te levantaste y te marchaste de nuevo. Todos los besos apenas duraron un instante. Lo justo para hacer medrar las ganas y enredarlas en el estómago...El sol hace rato que se consumió de impaciencia y yo sigo pasando las horas de un libro nuevo.
jueves, 1 de noviembre de 2007
Despierta
He abierto todas las ventanas. La casa se ha llenado de sol y el perro se ha vuelto loco. Corre de un lado a otro como si le hubiera mordido una pulga las orejas. Ras, ras, se le oye por todas partes. Creo que te busca. Mientras, yo desayuno entre hojas de periódico y tazas de café que se amontonan sobre la mesa. He dormido bien, a pesar de las ausencias, pero me duele todo el cuerpo. Hasta el último hueco. Y tú ahí, en Lleida. Trato de escuchar el ruido del tren que te trae de vuelta. Nada. Habrá que dormir otro rato, quizás cuando me despierte ya estés aquí.
Paren el tren!
Te escribo desde el Barco de Valdeorras. Sí! Increíble, casi cinco horas de viaje para echarte de menos desde el Barco. Soy como Marco Polo pero sin Marco ni Polo, un doctor Livingston sin el supongo, un Willy fo sin Romi ni Coco ni Ratón. Cristobal Colón pero en versión de baguette de tortilla resesa. Pero como te amo, pues me lo perdono todo menos no estar para pensarte entre mis brazos. Ay. Voy por una birra, que esto es un pestiño y me repite la tortilla. Te amo toa, niña mía del amor!
Paren el tren! Vuelta a la Salgueira o me amotino como Sandokan, pero sin mi can. Ni mis besos. Ay.
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