viernes, 4 de abril de 2014

Extraños

Era un día de sol extraño
heredero de esas noches
locas
que amanecen a media tarde
con los muebles
como cambiados de sitio.

Algo se mareaba en el estómago
y a la memoria le faltaban trozos.
Tú tenías
la cabeza hundida en la almohada
y un brazo agarrado a mi pecho.
Yo, las piernas enredadas en tu cuerpo.

Era, definitivamente,
uno de esos días locos, raros,
demasiado nocturnos.

Yo, fuera de lugar,
como un regalo absurdo.
Tú, con esa mirada ciega,
con cierto aire de perdido.
Los dos descubiertos
inesperados.

Fue uno de esos días
sin nombre
con los que nunca empiezan
las historias bonitas.
Por eso, nunca celebramos
la noche que nos besamos y
nos inventamos otra,
una,
mil,
cada día,
a cada rato.

Fridge poems


jueves, 3 de abril de 2014

Adiós y gracias

Gracias por todos los amaneceres
tendidos
las horas que olían a risa
los días de sueño
la vida de tus manos
y el círculo de tu boca.

Gracias por llenarme de historias
y recuerdos nuevos
por redecorarme la memoria
y provocarme el hambre
de ti, de la vida, del tiempo.

Gracias a tus besos
y a esa piel que
me conozco
(por milímetros)
como un cuento.

Gracias hoy,
incluso,
por esta cicatriz
que me deja el silencio
sobre nuestra mesa vacía
y el puñado de versos
del cajón de tus secretos.

Gracias por todo
a pesar de todo.

Las cosas perdidas

- ¿Dónde tienes las cosas perdidas?

- "Si sabes dónde tienes las cosas perdidas
no están perdidas,
están olvidadas", me dijiste
dejando escapar un hilo de humo
de tu boca
mirando con risa en los ojos
canturreando la respuesta
a mi desconcertada pregunta.

Y yo también sonreí.
Porque siempre recuerdo
dónde pierdes lo que olvidas.
Por si, algún día, hiciera falta
mirar atrás
y entender por qué
decidiste olvidar esa pérdida.