No acostumbraba ya
a anochecer dentro de una pantalla
buscando formas para dedicar versos.
Tú me has descubierto
los besos inesperados
que nunca se leen
las esquinas de las ciudades
llenas de ríos y empapadas de vida
en las que se besa
como si
los labios se terminaran hoy.
Me has llenado las manos
de sol, de cielos, de mares;
me has llevado los ojos
al infinito
allí donde uno más
quiere
y roza casi lo perfecto.
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