sábado, 3 de noviembre de 2007

El instante

Has vuelto. Cargado de sueño, con la cabeza llena de todas las letras que todavía te quedan por escribir y el arrullo de un carro de hierro acompasándote el vaivén de las piernas. Volviste, pero fue como un suspiro. Te quedaste tumbado, encogido sobre la línea de mi espalda y con los ojos aún pegados a los párpados te levantaste y te marchaste de nuevo. Todos los besos apenas duraron un instante. Lo justo para hacer medrar las ganas y enredarlas en el estómago...El sol hace rato que se consumió de impaciencia y yo sigo pasando las horas de un libro nuevo.

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